Entre los celtas una de las más extendidas era enterrar el cuerpo cabeza abajo, como también colocar hoces o guadañas cerca de la tumba, para evitar que los demonios posean el cuerpo o para apaciguar al muerto y que no se levantara de su ataúd.
Con igual propósito se acostumbraba cortar los tendones de las rodillas.
En la Grecia moderna se pone una cruz de cera y una pieza de cerámica con la inscripción "Jesucristo conquista" sobre el pecho del cadáver para evitar que se convierta en vampiro.
En Europa Oriental, era frecuente introducir un diente de ajo en la boca, y a veces en los nueve orificios corporales de los muertos, así como atravesarles el corazón con un objeto punzante antes de inhumarlos.
En la Grecia moderna se pone una cruz de cera y una pieza de cerámica con la inscripción "Jesucristo conquista" sobre el pecho del cadáver para evitar que se convierta en vampiro.
En Europa Oriental, era frecuente introducir un diente de ajo en la boca, y a veces en los nueve orificios corporales de los muertos, así como atravesarles el corazón con un objeto punzante antes de inhumarlos.
En las regiones sajonas de Alemania, se colocaba un limón en la boca del sospechoso de ser un vampiro.